Skip to main content

Infarto de miocardio: Cuando la sangre deja de llegar al corazón

La información que se detalla a continuación le ayudará a entender qué supone que el flujo sanguíneo que va a una sección del corazón se detenga repentinamente y por qué puede suceder. Si cree que usted o alguien de su entorno está sufriendo un infarto de miocardio porque presenta los síntomas descritos a continuación, llame inmediatamente al servicio de urgencias. 

Image
Doctors hurrying a patient down a hospital floor

¿Qué es un infarto de miocardio?

Un ataque al corazón o infarto de miocardio (IM) es una situación de urgencia potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata. Se produce cuando se detiene repentinamente el flujo sanguíneo a una sección del corazón y las células musculares no reciben suficiente oxígeno. Normalmente, un infarto está causado por la obstrucción de una o varias arterias coronarias. Sin riego sanguíneo, el corazón no puede funcionar correctamente. La función cardiaca se reduce o puede llegar a fallar por completo. En este último caso, se puede producir la muerte de manera repentina. Si se ve afectada tan solo una pequeña parte del miocardio, el corazón queda dañado pero puede seguir funcionando con una capacidad reducida. Sin embargo, cuanto más tiempo se altere la circulación sanguínea del corazón, mayor será el riesgo de que las células musculares mueran y sean sustituidas por tejido cicatricial. Este tejido cicatricial no puede realizar las tareas del músculo y el corazón nunca recuperará su potencia y capacidad originales. En ocasiones, el tejido cicatricial puede provocar latidos irregulares al no poder conducir los impulsos eléctricos que controlan la actividad del corazón. Si el corazón está gravemente dañado, hasta un pequeño esfuerzo puede sobrecargar su capacidad y provocar un infarto potencialmente mortal. Por este motivo, es crucial encontrar y tratar la obstrucción del flujo sanguíneo lo antes posible.

¿Qué causa un infarto de miocardio?

Una de las principales causas de infarto es la cardiopatía isquémica, caracterizada por un estrechamiento de las arterias coronarias. Por lo general, la cardiopatía isquémica es consecuencia de la arteriosclerosis, es decir, el engrosamiento y endurecimiento de las paredes de las arterias. La circulación sanguínea del miocardio también puede verse afectada por otras enfermedades de los vasos sanguíneos, tejido cicatricial, insuficiencia cardiaca congestiva o trastornos del ritmo cardiaco. 

Las personas con mayor riesgo de sufrir un infarto de miocardio son aquellas con una predisposición genética, los hombres mayores de 45 años y las mujeres mayores de 55, además de los pacientes que ya se han sometido a una operación de bypass. Sobre estos factores de riesgo no se puede influir. 

No obstante, puede reducir o mitigar los siguientes factores de riesgo con un tratamiento adecuado o realizando cambios en su estilo de vía: 

  • Hipertensión (presión sanguínea alta) 
  • Presencia elevada de grasa en sangre, en especial el colesterol «malo» (LDL) 
  • Diabetes 
  • Tabaquismo 
  • Sobrepeso u obesidad 
  • Falta de ejercicio 
  • Estrés 

¿Cuáles son los síntomas de un infarto de miocardio?

Por lo general, un infarto de miocardio se produce de repente y sin previo aviso. Los síntomas de un infarto pueden variar de una persona a otra. Las mujeres y los hombres suelen experimentar síntomas muy diferentes. Aproximadamente un tercio de los infartos de miocardio, contrariamente a lo que se piensa, pueden producirse sin causar síntomas significativos. El infarto de miocardio «silencioso» suele darse en personas con diabetes. En muchos casos, se detecta al azar durante un examen electrocardiográfico. 

Los síntomas pueden incluir: 

  • Dolor torácico intenso y duradero en los hombres 
  • Dolor torácico que se extiende a los brazos, los hombros, la mandíbula o la parte superior del abdomen 
  • Sudores fríos 
  • Dificultad para respirar 
  • Náuseas 
  • Desmayo 
  • Dolor en la parte superior del abdomen combinado con náuseas y vómitos (mujeres). 

Dado que todos los infartos pueden poner en peligro la vida o causar complicaciones, siempre debe llamar a los servicios de urgencias si sospecha que usted o alguien cercano a usted está sufriendo un infarto. 

Image
Physician's hands with a pen in their hand

¿Cómo se diagnostica un infarto de miocardio?

La exploración más importante para diagnosticar rápidamente un infarto de miocardio es el electrocardiograma (ECG). Si los resultados del electrocardiograma confirman un infarto, se observará la actividad eléctrica del corazón durante el tratamiento de urgencia para detectar cualquier trastorno del ritmo cardiaco de manera precoz. 

Como segundo paso, el equipo médico deberá averiguar dónde está la sección afectada del corazón y qué arteria coronaria está obstruida. Para ello, realizarán una ecocardiografía, es decir, un examen del corazón con ondas de ultrasonido. Las arterias coronarias suelen examinarse empleando un catéter en el laboratorio de cateterismo de un hospital. El equipo médico también puede realizar un análisis de sangre, en el que observar si se ha producido un infarto y su gravedad. Exámenes como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear pueden aportar información adicional. 

 

Image
Health care professionals checking on a patient in a hospital

¿Cómo se trata un infarto de miocardio?

Cuanto más se tarde en iniciar el tratamiento tras un infarto, más daños sufre o muere el tejido cardiaco. Es preciso arreglar el flujo sanguíneo lo antes posible para restablecer los niveles de oxígeno en la sangre. Normalmente, al paciente se le coloca de inmediato una mascarilla de oxígeno o algo similar. En función de si se trate de una obstrucción parcial o total, el tratamiento variará. 

Para ayudar al o arreglar el flujo sanguíneo, se pueden administrar los siguientes medicamentos : 

  • Aspirina: reduce la coagulación de la sangre y ayuda a mantenerla en movimiento en la arteria estrechada.  
  • Anticoagulantes (trombolíticos o fibrinolíticos): ayudan a deshacer los coágulos sanguíneos que bloquean el flujo de sangre al corazón. 
  • Otros medicamentos anticoagulantes. 
  • Nitroglicerina: ensancha los vasos sanguíneos y ayuda a mejorar el flujo sanguíneo. También ayuda a aliviar el dolor torácico asociado a los infartos de miocardio. 
  • Morfina: alivia el dolor torácico que no puede tratarse con nitroglicerina. 
  • Betabloqueantes: ralentizan el ritmo cardiaco y reducen la presión sanguínea, limitando el daño al miocardio. 
  • Inhibitors ACE: reducen la presión sanguínea y reducen el estrés del corazón. 
  • Estatinas:  reducen los niveles de colesterol.  

 

Los siguientes procedimientos quirúrgicos también pueden ser necesarios: 

  • Angioplastia coronaria y colocación de stent: Este procedimiento se realiza para abrir las arterias coronarias obstruidas. 
  • Operación de bypass de la arteria coronaria (CABG, por sus siglas en inglés): Se trata de una operación a corazón abierto. Un cirujano extrae un vaso sanguíneo sano de otra parte del cuerpo para crear una nueva vía para que llegue la sangre al corazón.

Cómo puede prevenir un IM

La prevención es la mejor opción y la más segura para evitar un infarto de miocardio. Con un estilo de vida sano, se pueden reducir e incluso eliminar algunos factores de riesgo. Se entiende por estilo de vida saludable: 

  • Seguir una dieta sana con grandes raciones de verduras y alimentos bajos en azúcar y grasa 
  • Practicar ejercicio con regularidad 
  • Beber suficiente agua, sobre todo si es mayor y ya no se siente sed 
  • Dejar de fumar si lo hace 
  • Evitar el estrés 
  • Perder, en caso de tener sobrepeso 
  • Someterse a revisiones médicas periódicas 

¿Necesita más información?

PÓNGASE EN CONTACTO